viernes, 6 de agosto de 2010
El libro crece, pese a todo, en la feria de Lima
La recién clausurada Feria del Libro de Lima ha sido un éxito, aunque el libro más de-mandado, la última novela de Jaime Bayly, haya logrado vender menos de 900 ejempla-res y los cinco superventas sumen poco más de 3.000 volúmenes. En un país donde las editoriales apuestan fuerte cuando sacan 2.000 ejemplares y una tirada de más de 5.000 es casi un "boom", y donde un 40 por cien de la cuota de mercado se lo lleva el libro pirata, el mundo editorial vive paradójicamente un momento dorado.
Estas son las contradicciones de un sector donde en los últimos tres años importantes empresas españolas (como SM o Planeta) están desembarcando ante la certeza de que no dejará de crecer, según el análisis de Mercedes González, del Grupo Santillana, presente en Perú desde hace 27 años.
No parecen verlo así las instituciones oficiales, ya que el gobierno y la Municipalidad de Lima han estado clamorosamente ausentes de esta Feria Internacional que ya celebró su 15 edición y que no mereció la visita de un ministro ni del Alcalde de Lima, como se queja Liliana Minaya, gerenta de la Cámara Peruana del Libro (CPL), organizadora del evento, clausurado el pasado miércoles.
La propia Municipalidad de Lima negó a la CPL el uso de un parque público "ideal" como sede porque lo habían alquilado para una boda particular en uno de los 14 días de los que duraba la feria, y tres meses antes de la celebración, aún no existía un recinto para el evento, que finalmente se celebró en un parque donde hubo que acondicionar desde el suelo hasta el techo. Justo cuando el presidente Alan García acaba de anunciar la crea-ción del Ministerio de Cultura, ni él ni nadie de su gobierno se dignó aparecer por la feria, ni tampoco la directora del Instituto Nacional de Cultura, se quejó Minaya.
Pese a la carencia de un recinto fijo para una feria que ya tiene 14 años de vida, y pese a la ausencia de grandes invitados internacionales, 245.000 personas acudieron este año al recinto del Parque de los Próceres, que compraron por un valor de 6 millones de soles (2,13 millones de dólares), cifras que en el sector se consideran un éxito innegable.
Estas son las contradicciones de un sector donde en los últimos tres años importantes empresas españolas (como SM o Planeta) están desembarcando ante la certeza de que no dejará de crecer, según el análisis de Mercedes González, del Grupo Santillana, presente en Perú desde hace 27 años.
No parecen verlo así las instituciones oficiales, ya que el gobierno y la Municipalidad de Lima han estado clamorosamente ausentes de esta Feria Internacional que ya celebró su 15 edición y que no mereció la visita de un ministro ni del Alcalde de Lima, como se queja Liliana Minaya, gerenta de la Cámara Peruana del Libro (CPL), organizadora del evento, clausurado el pasado miércoles.
La propia Municipalidad de Lima negó a la CPL el uso de un parque público "ideal" como sede porque lo habían alquilado para una boda particular en uno de los 14 días de los que duraba la feria, y tres meses antes de la celebración, aún no existía un recinto para el evento, que finalmente se celebró en un parque donde hubo que acondicionar desde el suelo hasta el techo. Justo cuando el presidente Alan García acaba de anunciar la crea-ción del Ministerio de Cultura, ni él ni nadie de su gobierno se dignó aparecer por la feria, ni tampoco la directora del Instituto Nacional de Cultura, se quejó Minaya.
Pese a la carencia de un recinto fijo para una feria que ya tiene 14 años de vida, y pese a la ausencia de grandes invitados internacionales, 245.000 personas acudieron este año al recinto del Parque de los Próceres, que compraron por un valor de 6 millones de soles (2,13 millones de dólares), cifras que en el sector se consideran un éxito innegable.
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¡Muerte al Sistema!
El capitalismo tiene poco más de dos siglos de existencia, lo cual es un período brevísimo en la historia de nuestra especie, y fue precedido por otros sistemas que acabaron desapareciendo, porque todos ellos se basaban en la injusticia social y en la desigualdad económica, debido a las cuales la armonía social es imposible.
Lo cierto es que nos ha tocado subsistir bajo un sistema en el que -como su propio nombre indica- el lugar más destacado lo ocupa el capital, o sea, el dinero, quedando por detrás de él los auténticos valores: la libertad, la dignidad, la vida, la salud, el amor, la amistad... Todo se aplasta, todo se atropella, todo se aniquila, cuando de enriquecerse lo más rápidamente posible se trata, y no importa la extinción de especies animales o vegetales, y parece no importar siquiera la extinción de la propia especie humana, a la que -desgraciadamente- pertenecen también esos monstruos enloquecidos por la codicia. Y hasta tal punto ha llegado su locura que parece no importarles el futuro de sus propios hijos, lo que significa que el ansia de dinero y poder ha anulado en ellos dos instintos consustanciales a todo ser vivo: el de la propia conservación y el de perpetuación de la especie.
La base fundamental del sistema capitalista reside en la institución de la propiedad privada, y esto es algo que no varía, independientemente de quien detente el poder o del régimen que pueda existir en cada momento y en cada país. Al final, el problema no es de ideologías políticas, ni de nacionalidades, ni de etnias, ni de religiones, sino únicamente de clases sociales, una de ellas explotadora y otra explotada, una dominante y otra dominada, y la clase explotadora y dominante no tiene ningún tipo de escrúpulos morales a la hora de alcanzar sus objetivos. Esa clase posee los medios de producción y de distribución, adquiridos en su origen por la fuerza, generalmente (no olvidemos que PIERRE JOSEPH PROUDHON definió la propiedad como sinónimo de robo) y si se adquirió por la fuerza -por la violencia, en suma- por la fuerza se mantiene, y no importa, volvemos a decirlo, ni la destrucción del medio ambiente, ni el agotamiento de los recursos naturales, ni las innumerables guerras que constantemente se producen en el planeta Tierra, con todo su cortejo de muerte, enormes sufrimientos y todo tipo de ultrajes a la dignidad y a los derechos humanos.
Contra toda esa violencia, la clase explotada, sometida y ultrajada, se encuentra en estado permanente de legítima defensa. ¿Cómo no va a tener derecho a defenderse aquel que es maltratado constantemente (la explotación y la privación de la libertad son, de por sí, actos de violencia), se le roba la plusvalía que genera con su trabajo manual o intelectual y, además, se le deshumaniza mediante un trabajo alienante, que le cosifica al considerarle un factor más dentro del coste de producción, lo que le hace ser un engranaje más de una maquinaria en funcionamiento, y no una persona?
Pero, por si fuera poco todo lo dicho, el capitalismo es el único sistema en la Historia cuyas crisis lo son de sobreproducción, y no de carencia, y tales crisis se repiten periódicamente, como es sabido. Y en este sistema la Banca representa el auténtico corazón, que se dedica a especular utilizando el dinero ajeno, dinero que actualmente gran parte ni siquiera existe, tratándose más bien de dinero virtual, lo que no impide que el capitalismo se considere a sí mismo como un régimen económico fundado en el predominio del capital como elemento creador de riqueza. Y han sido, precisamente, las maniobras especulativas de las cúpulas financieras las que han provocado la crisis económica en la que actualmente nos encontramos, que estamos sufriendo -como no podía ser menos- los trabajadores y las capas populares más débiles. La burguesía, que en estos momentos se siente fuerte -ante la inexistencia de un movimiento obrero digno de tal nombre y con entidad suficiente como para hacerla frente- ha pasado al ataque, y lo quiere todo.
Así, un auténtico indeseable como Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la CEOE y pésimo empresario, se permite decir que la reforma laboral no sirve para nada (le parece poco todavía). Y es que si en el siglo XIX se acuñó el término liberalismo como sistema en el que se limitaba la intervención de los poderes públicos en la vida social, económica y cultural, siendo el Estado (sobre el papel, que no en la realidad) una especie de árbitro, en nuestros tiempos se habla de neoliberalismo, que consiste -aunque no se explique así- en que la burguesía ha conquistado el aparato del Estado y lo ha puesto -ya descaradamente y sin tapujos- a su servicio directo de manera exclusiva, utilizándolo contra los trabajadores, como herramienta poderosísima que es, para perpetuar la explotación.
Esta situación no debe seguir y se le debe hacer frente. El aceptarla sumisamente va contra la propia dignidad, y una cosa está clara: o acabamos con el capitalismo o él acabará con nosotros, sin tardar mucho. Y que nadie nos llame utópicos, porque lo utópico es creer que el capitalismo puede ser reformado y mejorado.
Hace más de setenta años, los trabajadores españoles demostraron en la práctica que se puede prescindir perfectamente del capitalismo, y que este sistema puede ser sustituido por uno mucho más perfecto, justo, libre e igualitario. Sólo hace falta desearlo, organizarse y actuar.
¡DELENDA EST CAPITALISMUS!
miércoles, 4 de agosto de 2010
Eñe América, "fiesta de la literatura hispanoamericana"
El Festival Eñe América, una "fiesta de la literatura" hispanoamericana, abrió hoy su primera edición en Montevideo para que más de cien escritores y creadores de todo el mundo hispánico compartan experiencias y palabras en un encuentro "apasionante" con sus lectores.
Un diálogo entre el cineasta uruguayo Álvaro Brechner y el escritor español Vicente Molina Foix sobre la relación del cine con la literatura fue el primer evento de este festival que se prolongará hasta el próximo 7 de agosto, con más de 50 actividades programadas por toda la ciudad dispuestas para atraer todo tipo de público y suscitar el debate en torno a la palabra.
El Festival Eñe América llegó a Montevideo de la mano de La Fábrica, una empresa de gestión cultural española que ya realizó un festival similar en Madrid el año pasado que ahora pretende llevar a distintas ciudades de América de la mano de la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo (AECID), según explicó a Efe su director, Alberto Anaut.
"Este será un festival muy dinámico, con muchas actividades, más de 100 autores y distintos formatos. Lo que queremos es que la gente tenga que elegir, que no pueda ir a todo, y que tenga la sensación de que es un acontecimiento apasionante", dijo Anaut.
Encuentros, conferencias, diálogos, talleres y mesas redondas, todo gratuito y protagonizado por escritores de la talla de Javier Reverte, Ricardo Piglia, Iván Thays y Lorenzo Silva, entre otros muchos, se sucederán durante cuatro días en una actividad sin precedentes en Uruguay cuya sede central, pero no única, será el Centro Cultural de España en Montevideo.
"Nos gusta hablar del Festival Eñe como un encuentro entre autores, libros y lectores, con la perspectiva de que es algo que está lejos de ser aburrido: hablar con escritores, debatir con ellos, vivir sus historias es parte de lo mejor de la cultura", apuntó Anaut.
El Festival nació en 2009 al calor de "Eñe. Revista para leer", una publicación trimestral editada por La Fábrica. Tras el éxito de su primera edición en Madrid sus responsables decidieron dar el salto a América, donde pretenden realizar un encuentro similar cada año en distintas ciudades donde se "sienta la literatura".
Un diálogo entre el cineasta uruguayo Álvaro Brechner y el escritor español Vicente Molina Foix sobre la relación del cine con la literatura fue el primer evento de este festival que se prolongará hasta el próximo 7 de agosto, con más de 50 actividades programadas por toda la ciudad dispuestas para atraer todo tipo de público y suscitar el debate en torno a la palabra.
El Festival Eñe América llegó a Montevideo de la mano de La Fábrica, una empresa de gestión cultural española que ya realizó un festival similar en Madrid el año pasado que ahora pretende llevar a distintas ciudades de América de la mano de la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo (AECID), según explicó a Efe su director, Alberto Anaut.
"Este será un festival muy dinámico, con muchas actividades, más de 100 autores y distintos formatos. Lo que queremos es que la gente tenga que elegir, que no pueda ir a todo, y que tenga la sensación de que es un acontecimiento apasionante", dijo Anaut.
Encuentros, conferencias, diálogos, talleres y mesas redondas, todo gratuito y protagonizado por escritores de la talla de Javier Reverte, Ricardo Piglia, Iván Thays y Lorenzo Silva, entre otros muchos, se sucederán durante cuatro días en una actividad sin precedentes en Uruguay cuya sede central, pero no única, será el Centro Cultural de España en Montevideo.
"Nos gusta hablar del Festival Eñe como un encuentro entre autores, libros y lectores, con la perspectiva de que es algo que está lejos de ser aburrido: hablar con escritores, debatir con ellos, vivir sus historias es parte de lo mejor de la cultura", apuntó Anaut.
El Festival nació en 2009 al calor de "Eñe. Revista para leer", una publicación trimestral editada por La Fábrica. Tras el éxito de su primera edición en Madrid sus responsables decidieron dar el salto a América, donde pretenden realizar un encuentro similar cada año en distintas ciudades donde se "sienta la literatura".
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